Pero inevitablemente creces, y todo se empieza a complicar, y ya nada es lo mismo… el hueco de la cama a la pared se te queda pequeño para pensar, y esas ilusiones envueltas en un cuento de hadas desaparecen… y se convierten en sueños imposibles, que se van modificando con el paso de los años, hasta volverse borrosos y confusos… la inocencia desaparece, miras con otros ojos, y creas una coraza tan fuerte de ti para no sufrir que te cuesta hasta reconocerte en algunas ocasiones…
Sé que en el fondo sigo siendo esa dulce niña que jugaba en su mente con ilusiones, vulnerable tras esa coraza… pequeña e insignificante con un sueño en mente… perfecto e increíble…

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