Ahora se le ha unido otro sonido más pero esta vez dentro de la habitación, es un sonido de algo golpeándose una y otra vez contra la pared, en un intento de quedarse inconsciente, de buscarle fin a la locura que le está rodeando; levantándose con dificultad, con las piernas temblorosas que apenas podían soportar esos cuatro huesos que quedaban de ella, llega a apoyarse en el lavabo y tras acostumbrar a sus ojos a esa oscuridad, se mira en el espejo viendo un rostro pálido, descompuesto, consumido por la tristeza, y reflejando un alma en pena vagando sin rumbo ¡¡gritó!! Un grito de frustración, esa no era ella, ese reflejo era un monstruo desequilibrado y maltratado por la vida. Rompió a llorar nuevamente de tal forma que dificultaba su respiración.
Mientras los golpes del exterior eran cada vez más y más fuertes, su destino estaba tras esa puerta, apunto de derribarla y entrar. Sabía que no tenia salida si o si su vida acababa ahí, cogió fuerzas e hizo el último intento de recobrar cordura pero cayó al suelo inconsciente tras un golpe de la puerta al abrirse violentamente…
Sobresaltada despertó, otra vez esa pesadilla claustrofóbica y monstruosa de un destino que no quiera vivir nunca, medio consciente de que era un sueño y todavía temblorosa se envolvió en sus sabanas acariciando sus brazos cicatrizados, hasta que volvió a quedar dormida.

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