21.6.11

Pesadilla

Oscuridad, absoluta oscuridad, y rompiendo el silencio de un pequeño cuarto oscuro se escucha el sonido de los puños teniendo contacto con la puerta, que se haya cerrada, con una fuerza excesiva y agresiva. Ella se encuentra dentro del cuarto, tirada en el suelo, al lado del inodoro, encogida y envuelta en lágrimas negras, corazón desbocado y su cabeza tan colapsada entre ataques de histeria, ahogándose con sus propias palabras, ve sus uñas llenas de sangre sin saber de dónde procede, sintiendo dolor un físico aparte del psicológico que ya estaba sufriendo.
Ahora se le ha unido otro sonido más pero esta vez dentro de la habitación, es un sonido de algo golpeándose una y otra vez contra la pared, en un intento de quedarse inconsciente, de buscarle fin a la locura que le está rodeando; levantándose con dificultad, con las piernas temblorosas que apenas podían soportar esos cuatro huesos que quedaban de ella, llega a apoyarse en el lavabo y tras acostumbrar a sus ojos a esa oscuridad, se mira en el espejo viendo un rostro pálido, descompuesto, consumido por la tristeza, y reflejando un alma en pena vagando sin rumbo ¡¡gritó!! Un grito de frustración, esa no era ella, ese reflejo era un monstruo desequilibrado y maltratado por la vida. Rompió a llorar nuevamente de tal forma que dificultaba su respiración.
Mientras los golpes del exterior eran cada vez más y más fuertes, su destino estaba tras esa puerta, apunto de derribarla y entrar. Sabía que no tenia salida si o si su vida acababa ahí, cogió fuerzas e hizo el último intento de recobrar cordura pero cayó al suelo inconsciente tras un golpe de la puerta al abrirse violentamente…
Sobresaltada despertó, otra vez esa pesadilla claustrofóbica y monstruosa de un destino que no quiera vivir nunca, medio consciente de que era un sueño y todavía temblorosa se envolvió en sus sabanas acariciando sus brazos cicatrizados, hasta que volvió a quedar dormida.

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