17.5.11

Impotencia

A veces tiene el impulso de volar, plantarse en un aeropuerto y coger el primer avión que aparezca en monitores. Cuando le preguntan porque esa locura de marcharse del sitio donde se encuentra, se queda perpleja y con cara de incertidumbre; normal que un completo desconocido no entienda el hecho de tener 22 años y verse como pájaro enjaulado en un punto muerto del mapa que no le aporta nada, solo recuerdos amargos que no compensan los buenos; sentirse como perro sumiso ante las malas costumbres de un lugar obsesionado con la vida ajena. Cuando en realidad le gustaría ser gato de siete vidas, para poder disfrutar cada una de ellas, como una realidad distinta pero siempre siendo ella, siendo única.

1 comentario:

Unknown dijo...

Si catorce vidas son dos gatos aún queda mucho por vivir!!!