No quiero un mundo de Oz

Siente que retrocede cada vez que habla con el pasado, vuelven sus ganas de nada, las lágrimas sin sentido y la desmotivación. Piensa que es imbécil, por empeñarse en no dejar ir al pasado, por querer que siga formando parte de ella, cuando debería dejarlo caer en el pozo del olvido y permitir que el rio siga su curso…
Volver a esta rutina hace que todo lo crecido y aprendido se desvanezca, y vuelva a sentirse pequeña y vulnerable ante los ojos de la gente, las fuerzas que tenia para luchar se le quedan en los pies, y solo le permite pegar patadas al pasado para seguir con su presente, pero es como dar patadas al mar, las olas se van, pero siempre vuelven…
Estas cuatro paredes rompen sus esquemas, su tranquilidad y su mundo; distracciones, frustraciones, y mantener oculto lo que a ella le hace sentir bien, porque no lo comprenden, no comprenden nada… “ilusa y con pájaros en la cabeza” le dicen, “pon los pies en la tierra y confórmate con lo que tienes” repiten, pero ella no es así, no se conforma, quiere seguir sus sueños, crecer y demostrar que no es una tonta niñata que camina por un camino adoquinado de ladrillos dorados, resguardada por un hombre de hojalata, un león cobarde y un espantapájaros que no asusta ni a un miserable pajarito incapaz de volar… si algo le pediría al mago de OZ es darle la capacidad de superar el pasado y caminar sin mirar de reojo atrás, pero ella dejo de creer en fantasías, prefiere caminar sola, no depender de nadie y sabe que eso es un trabajo duro que debe hacer por sí misma, el tiempo le hará madurar.