21.6.11

Esencia

Una esencia se esconde en un frasquito pequeño, escondido en un corazón congelado, tan pequeño que solo contiene una gota, pero tan intensa capaz de crear un caos inimaginable, bajo cero se mantiene desde hace años, sin esperanza alguna a que vuelva a resurgir en un cuerpo, solo en alma y fuerza. ¿Hay un motivo para destapar el frasco? No hay un motivo verdaderamente aceptable moralmente para volver a dejar escapar esa esencia, ni realmente interesante y cautivador para que vuelva a suceder.
Una esencia se esconde en un frasquito pequeño, tan frágil que se convierte en irrompible, con el vidrio rallado, y resquebrajado pero sin perdidas, empañado por el calor que se encuentra dentro, y el frio que hace fuera, tan frio que no deja fluir la sangre del corazón a las venas, solo controla el cuerpo la razón. Los impulsos inexistentes se remueven por querer lanzarse a una piscina de agua para poder refrescarse, el deseo de actuar sin pensar se queda en una esquinita con miedo, cobarde y sumiso. ¿Hay un motivo para dejarlos en libertad? ¿Solo un motivo que merezca la pena de verdad? ¡No!

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