Navegando en alta mar, buscando en el horizonte lo que en tierra firme nunca encontró, ella se pierde entre el oleaje de un mar agitado como su vida, complicada, bella y peligrosa. Día a día se arriesga, regalando sonrisas y muestras de afecto hacia los demás, buscando que dicho mensaje sea recibido y devuelto, para poder llenar ese hueco en su pecho que cada día va aumentando, que cada día es más necesario tapar… ya está cansada, quiere pasar de página, cambiar sus objetivos y dejar los juegos a quienes realmente juegan a eso. Ella no es así, no sabe separar el corazón de la razón, no sabe fingir, controlar y manipular sus sentimientos.
Navegando a mar abierto, buscando las respuestas a esas preguntas que nunca llegaron a realizarse, se lanza a nadar hacia lo más profundo, donde solo los corales viven, en busca de algo que perdió… su corazón.
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