La melodía sigue envolviéndole cada vez con más intensidad, y los grises empiezan a desaparecer, poco a poco vuelven a cobrar vida, y se percibe movimiento en esa figura desconsolada, levantándose con la vista al frente, respirando hondo. Entonces comienza a bailar lentamente al ritmo de la melodía, dejándose llevar por los colores y por la esencia, poco a poco la melodía va cambiando su ritmo convirtiéndose en una canción llena de vitalidad. Acabándose así las lágrimas y dibujando en su rostro una sonrisa alegre que hace que la habitación blanca y hueca comience a llenarse de vida… de todo lo que le rodea en el presente, dejando marchar al pasado y sin planear un futuro.
Dejarse llevar por el ritmo de la canción que suena por el altavoz es su único pensamiento en este momento… dejarse llevar es su único pensamiento… dejarse llevar es su único propósito… dejarse llevar… dejarse llevar…

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