5.7.11

Dejarse llevar

Una melodía comienza a sonar, por los altavoces instalados en el techo de una habitación, vacía pero llena de luz… de pronto comienzan a apareces colores rodeando una figura femenina situada en una esquinita, sentada y con la cabeza entre las rodillas. Los colores empiezan con una intensidad única, pero conforme van rodeando a la chica estos van perdiendo su esencia, hasta convertirse en grises de diferentes tonalidades, apenas perceptibles. Esa melodía hace que recuerdos, y sueños perdidos le inunden el corazón, empañándole la mirada, debido a las lágrimas que afloran de sus ojos sin miedo y sin reprimir ni una sola de ellas, deslizándose por sus mejillas como rio que busca su mar…
La melodía sigue envolviéndole cada vez con más intensidad, y los grises empiezan a desaparecer, poco a poco vuelven a cobrar vida, y se percibe movimiento en esa figura desconsolada, levantándose con la vista al frente, respirando hondo. Entonces comienza a bailar lentamente al ritmo de la melodía, dejándose llevar por los colores y por la esencia, poco a poco la melodía va cambiando su ritmo convirtiéndose en una canción llena de vitalidad. Acabándose así las lágrimas y dibujando en su rostro una sonrisa alegre que hace que la habitación blanca y hueca comience a llenarse de vida… de todo lo que le rodea en el presente, dejando marchar al pasado y sin planear un futuro.
Dejarse llevar por el ritmo de la canción que suena por el altavoz es su único pensamiento en este momento… dejarse llevar es su único pensamiento… dejarse llevar es su único propósito… dejarse llevar… dejarse llevar…

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